Ninguno de los 9 integrantes de la junta directiva de la Cámara de Comercio de Villavicencio tuvo la decencia de dar explicaciones públicas sobre las razones por las que desvincularon al presidente ejecutivo Mauricio Vega, menos de un año después que lo escogieran por sus méritos profesionales.
La sospecha es que Vega acabó con viejas mañas como contratar gente que no tiene el perfil para el cargo pero que están “recomendados” y cobros por debajo de la mesa para agilizar algunos trámites, entre otras.
La presencia en la junta directiva de familiares de avezados políticos como Hugo López y Héctor Fabio Vélez permite inferir que no son los comerciantes los que están direccionando el ente gremial.


Esa infiltración política en una institución que debería estar enfocada exclusivamente en el desarrollo comercial de la región, probablemente impedirá la intervención de la Superintendencia de Industria y Comercio (solicitada por el Comité Cívico de Villavicencio) que hasta ahora ha mantenido silencio frente al caso.
La única Cámara de Comercio del país con dos sindicatos es otra mala señal.