El otro virus: 5,4 millones de personas perdieron el empleo en abril.

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La cifra de desempleo en Colombia era una de las noticias más esperadas ante la cuarentena. Y el viernes dejó a todo el mundo con los pelos de punta: en abril, la tasa alcanzó 19,8 por ciento. Una verdadera tragedia que significó que 5,4 millones de personas perdieran el trabajo en solo un mes de cuarentena. Esto confirma los estragos que la pandemia está causando en la economía colombiana.

Sin duda adoptar estrictas medidas de aislamiento a finales de marzo y durante abril era necesario para controlar la expansión del contagio y ganar tiempo para preparar los sistemas de salud ante el pico de la pandemia.

Sin embargo, como ha ocurrido en todos los países, el encierro enfermó al empleo y al aparato productivo, hoy en cuidados intensivos. La cifra de desempleo sorprendió a quienes habían hecho las proyecciones más pesimistas, y pocos esperaban un resultado tan duro. Solo Bogotá perdió más de 500.000 empleos en un mes, y en las 13 principales capitales del país la tasa de desempleo llegó a 23,5 por ciento.

Y mientras tanto el virus sigue su curva ascendente. Las cifras muestran que este viernes el contagio llegó a 1.322 casos, la tasa más alta en un solo día, mientras el número total de contagios se acerca a 30.000 y las muertes pronto llegarán a 1.000. El virus ha impactado por igual a todo el país: desde la Casa de Nariño, donde se confirmaron esta semana 13 casos de covid-19, hasta varias cárceles que exhiben preocupantes niveles de contagio e incluso regiones apartadas como Amazonas y San Andrés, que han encendido las alarmas rojas.

La cifra de desocupados deja en claro la necesidad de continuar reabriendo gradualmente, y con todos los protocolos, más sectores para revivir el aparato productivo. También que el Gobierno nacional, los departamentos y los municipios trabajen armónicamente para seguir una sola línea en las decisiones. Los continuos enfrentamientos y las decisiones encontradas confunden a los colombianos y crean mucha incertidumbre entre los empresarios, que podrían demorarse aún más en arrancar.

Los mandatarios que vieron subir su popularidad por cuenta del manejo de la pandemia comenzarán a vérselas ahora con el descontento social que traerá el deterioro del desempleo y otros indicadores sociales como la pobreza y la desigualdad.

Economía maltrecha

Al comienzo de la pandemia hubo quienes hablaron de la necesidad de ‘apagar’ la economía por dos o tres meses y luego volverla a encender sin mayores problemas. Pero el encierro de solo un mes muestra un daño dramático. El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, señala que las decisiones de aislamiento se justifican desde el punto de vista de la salud, pero tienen consecuencias muy graves en la economía. Por eso las cuarentenas no pueden permanecer demasiado tiempo.

Las cifras de desempleo así lo confirman. En abril se dispararon a máximos históricos por la destrucción de millones de puestos de trabajo y el aumento de la inactividad. El resultado de este mes es atribuible a los estragos del aislamiento en la economía y el mercado laboral.

La tasa de desempleo se disparó al 19,8 por ciento, un incremento de más de 9,5 puntos frente al mismo mes del año anterior y el mayor nivel para este mes desde 2001, cuando comenzó la medición. Estas cifras solo se comparan con los niveles observados con la crisis financiera de 1999, cuando en el país medía el desempleo solo en las principales ciudades y alcanzó el 22 por ciento, dice el presidente de Anif, Mauricio Santamaría. Recuerda que la nación tardó más de una década en revertir este resultado.

La gran diferencia con esa coyuntura es el rápido deterioro en la crisis actual. El número de desempleados pasó de 2,5 millones en abril de 2019 a cerca de 3 millones hace un mes y a más de 4,1 millones en abril de 2020.

Ese dato preocupante muestra la velocidad del deterioro. En el mes pasado más de 5,4 millones de personas perdieron su empleo, pues la población ocupada pasó de unos 22 millones a solo 16,5 millones de personas.

Esto significa que la población ocupada se redujo casi en una cuarta parte frente a su promedio histórico y que hoy el país tiene el nivel de empleo de hace más de una década, pero con una población mucho mayor.

Todo esto permite pensar en una caída de 10 puntos en la participación laboral. Eso significa que mucha gente sale del mercado laboral a la inactividad. En abril de 2020, la población inactiva en el ámbito nacional fue 19,1 millones de personas, 4,3 millones más frente al mismo mes de 2019.

por: revista semana.