Covid-19 ya tiene a 859 personas contagiadas en el penal. Director habla del abandono al lugar.


El director de la cárcel de Villavicencio, Miguel Ángel Rodríguez, aseguró que no es posible garantizar el aislamiento en el penal si hay gente durmiendo debajo de las camas y en los baños.
Rodríguez añadió que tampoco se puede garantizar una atención médica adecuada a los internos si los médicos renuncian porque no les dan los equipos de bioseguridad.
Esos son solo dos de las múltiples razones que expuso Rodríguez en un debate virtual ante la Asamblea del Meta, al argumentar la disparada de los casos de coronavirus en el centro de reclusión. En este momento, hay 859 contagiados, entre internos, guardianes y personal administrativo.
Desde su oficina en el centro de reclusión, Rodríguez apuntó que el principal problema es el hacinamiento que hay dentro del centro de reclusión y la falta de acciones de las autoridades desde distintos niveles para resolverlo, entre otras por el “abandono estatal del centro de reclusión y la burocracia”.
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“Se hacen mesas de trabajo, consejos de seguridad, en las que se dan muchas ideas, se firman muchas actas, pero no hay resultados, la burocracia nos está carcomiendo y dentro del penal hacemos lo que podemos”, dijo.
La cárcel tiene capacidad para 900 internos, al inicio de la emergencia estaban recluidos 1.835 personas, es decir que había una sobrepoblación del 100,3 por ciento.
Pese a que no se han permitido más ingresos y traslados y otras personas han quedado en libertad, en el penal todavía hay 1.750 reclusos, lo que significa que sigue el hacinamiento, ahora del 94,4 por ciento.
«¿Cómo puedo garantizar un aislamiento si hay gente durmiendo debajo de las camas y en los baños?”,se preguntó Rodríguez. A lo que sumó que se trata de un tema sanitario que no se había manejado en ninguna cárcel del mundo.
A la sobrepoblación carcelaria se sumaron los amotinamientos de los internos que empezaron el 22 de marzo cuando tumbaron rejas, puertas y paredes. “Cuatro de los líderes fueron trasladados a la cárcel de Picaleña, por solicitud nuestra porque si seguían acá continuaban los desórdenes”, sostuvo Rodríguez.
Para reparar los daños, los guardianes hicieron una recolecta con la que compraron rejas y volvieron a construir las paredes. “Esa tarea no nos compete a nosotros ni al personal de custodia y seguridad, pero si esperamos que la haga la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec), nos quedamos esperando”, dijo.
Rodríguez añadió que el pasado 30 de marzo “cuando íbamos a poner a buen recaudo a los internos del patio Colombia nos volvieron a tumbar las rejas con pesas de hacer ejercicio”, aseguró. Entonces tuvieron que hacer nuevos traslados por personas que eran un problema, eran unos líderes negativos, agregó.
Por: El Tiempo