A sangre fría. Así fueron asesinados tres niños en Quibdó, Chocó, que caminaban por las oscuras calles del barrio Buenos Aires en la noche del martes 20 de abril.
Tres niños, de 17, 12 y 11 años de edad habían estado trabajando todo el día como recicladores y a eso de las 9:30 de la noche se dirigían para sus casas.
«Ellos eran amiguitos. Se encontraron en la actividad que él hacía, trabajaba reciclando, y uno de ellos, el que está herido, es vecino del barrio”, contó uno de los familiares de las víctimas a Noticias Caracol.
Sin embargo, nunca llegaron. En su camino se atravesó un grupo de hombres que, en hechos que son materia de investigación, los atacaron a machetazos y les propinaron varios disparos. Después, mutilados, los arrojaron a un caño, donde luego de unas labores complejas, fueron recuperados por la Policía.
Los mayores fallecieron antes de llegar al hospital. El menor, identificado como Cristian Mena, llegó con vida, pero con pocas esperanzas de sobrevivir. Le amputaron su brazo izquierdo y tenía varias heridas con arma de fuego en el tórax.
Este jueves desde el Hospital San Francisco de Asís informaron que se estaba debatiendo entre la vida y la muerte. Y, de sobrevivir, perdería la movilidad de sus piernas.
No obstante, en la madrugada de este viernes el pequeño falleció.
“A pesar de todos los esfuerzos por el personal médico, no fue posible salvarle la vida. Las heridas que tenía le habían comprometido muchos de sus órganos”, informó el agente interventor del Hospital San Francisco de Asís, Eduardo Ramírez.
Este triple homicidio tiene conmocionados a los habitantes de Quibdó, quienes se han unido y exigido a las autoridades la captura de los responsables.
De hecho, ya llegaron desde Bogotá investigadores que trabajan para esclarecer los hechos. De igual forma, se ofreció una recompensa de hasta 20 millones de pesos para quien brinde información que permita dar con la captura de los responsables.
Pero este no es un caso aislado y se enmarca dentro de una guerra que se vive en la capital chocoana por el control del microtráfico y la extorsión.
La muerte de jóvenes en esta zona no es algo nuevo para quienes conocen la grave situación y llevan meses denunciándola.